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Tibores de Tonalá

 
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Descripción: Tibores de cerámica policromada, tienen forma ovoide que asemeja la estructura de una tinaja alargada; poseen diminutas asas laterales y boca de esbelto cuello. Miden 93 y 96 cm. de altura y 36 cm. de diámetro de boca. En su parte frontal, los tibores aparecen vivamente policromados y presentan una decoración profusa y abigarrada, de gran estilización y estética, que pudiera parecer un tanto orientalizante. La presencia de aluminio y óxido de aluminio en la composición de los barros tonaltecas confería a estas vasijas cierto aroma agradable, sobre todo al ser impregnadas de agua, por lo que recibían la denominación de barros de olor y eran especialmente apreciadas. Estas vasijas datan del siglo XVII y proceden de los talleres cerámicos de Tonalá, población cercana a la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco (México). Estas cerámicas coloniales alcanzaron notable fama y popularidad en Europa, llegando a ser atesoradas por la nobleza y personajes de renombre. Numerosos tibores de Tonalá, muy similares a los conservados en Écija, se encuentran repartidos, así mismo, por diversos museos y colecciones privadas de Madrid, Barcelona, Sevilla, Córdoba, Zaragoza, México, Italia y Alemania. Su presencia en esta ciudad constituye una prueba más de la múltiples, ricas, variadas y aún poco conocidas relaciones que existieron entre Écija y El Nuevo Mundo.

 
Ubicación: Iglesia de Santacruz
 
Fuente: Tibores de Tonalá en Écija. Gerardo García León. Écija y el Nuevo Mundo. Actas del VI Congreso de Historia.